Teodoro Dannemann: "Todo santiaguino sabe que Santiago es un conjunto de burbujas"

En 2018, los investigadores chilenos Teodoro Dannemann, Boris Sotomayor-Gómez y Horacio Samaniego publicaron en la Royal Society Open Science los resultados de una investigación que, a partir del registro anónimo de la "huella" de 350.000 teléfonos móviles en horario laboral, visualizaba la segregación urbana de Santiago.

"Sabemos que Santiago tiene burbujas y que hay segregación", reflexionó Dannemann en un artículo publicado por ArchDaily ese mismo año. Ahora, y a raíz de la crisis social en Chile, volvimos a conversar con Dannemann para indagar en los conclusiones del proyecto que apuesta por Big Data para desarrollar herramientas espaciales para analizar fenómenos urbanos.

Nicolás Valencia: ¿Cómo interpretan este trabajo a la luz de la crisis social en Chile?

Teodoro Dannemann (TD): Todo santiaguino sabe que Santiago, más que una sola ciudad, es un conjunto de burbujas más o menos aisladas entre ellas. La frase “vivir de Plaza Italia para arriba o para abajo” es un reflejo popular de la profunda desigualdad, el cual ha sido retratado por estudios sociológicos a partir de distribución del ingreso, acceso a educación y transporte, entre otros indicadores.

Lo que nosotros hicimos fue preguntarnos cómo se dibujan estos mismos límites más allá del nivel residencial. Cuando nos movemos al trabajo, al colegio, a juntarnos con amigos, o lo que sea, estamos tomando decisiones que en parte reconfiguran la ciudad. Nuestro enfoque fue partir viendo qué es lo que pasa en el lugar de trabajo. Encontramos que, efectivamente, la gente suele moverse dentro de específicas “burbujas”, interactuando con personas provenientes, mayormente, de lugares de nivel socioeconómico similar. Esta segregación no es sólo un síntoma de la profunda crisis social chilena, sino que, a la vez la agudiza más. Estamos en una ciudad donde somos ciegos a otras realidades. 

Santiago según nivel socioeconómico (S5 es el más vulnerable) y Santiago según las comunidades detectadas por los investigadores.. Image © Teodoro Dannemann, Boris Sotomayor-Gómez y Horacio Samaniego

NV: ¿Cómo lograr definir estas seis comunidades en que dividen Santiago?

TD: Cada vez que una persona usa un celular (teléfono móvil), deja una “huella” en la antena celular más cercana. Esa huella se puede rastrear anónimamente, lo que permite reconstruir la trayectoria aproximada de cada persona en una ciudad.

Nosotros tomamos esas trayectorias y generamos redes que permiten visualizar qué zonas de Santiago están más conectadas entre ellas a partir de las mismas personas. Si hay 1.000 personas al día que pasan por el punto A y por el punto B, pero sólo hay 50 personas que pasan por el punto A y el punto C ese mismo día, entonces A y B son zonas geográficas altamente conectadas, en comparación con el segundo par.

Luego, nos preguntamos si hay grupos enteros de estos puntos que están más conectados entre ellos. Por ejemplo, puntos que están dentro de una ciudad se espera que estén más conectados entre sí que con puntos fuera de la ciudad —porque la gente fluye más dentro de una ciudad que hacia fuera de ella. Estos grupos, que se encuentran automáticamente, son los que hemos encontrado en este estudio.

NV: La investigación se centra en Santiago y detecta seis Santiagos. Aparentemente el problema no está en la cantidad de ciudades que uno encuentre en una ciudad, sino en los niveles de heterogeneidad. ¿Es correcta esta deducción?

TD: Exacto. No habría mucho problema en encontrar varias “comunidades” que tienen alta interacción local y baja interacción con otras. Esto puede ser incluso beneficioso porque implica que las personas pueden ser autosuficientes a nivel comunitario y así transportarte distancias más cortas. Sin embargo, cuando vemos la alta homogeneidad de cada comunidad –una de esas corresponde a todo el “barrio alto” de Santiago [el de mayor ingreso económico]– la conclusión no es la misma. Estamos segregándonos de manera desigual.

© Teodoro Dannemann, Boris Sotomayor-Gómez y Horacio Samaniego, a partir de Observatorio de Ciudades UC. ImageSantiago según nivel socioeconómico, donde S5 es el más vulnerable

NV: En los primeros días de la crisis chilena se recordaron los casos de 1949 y 1957: ambos fueron estallidos sociales surgidos por el alza en el pasaje del transporte público. ¿Cuál crees que es el potencial que tiene esta investigación para entender el rol del transporte en la segregación urbana?

TD: En nuestra investigación sólo usamos los datos del movimiento real de los santiaguinos. Sin embargo, a esto se podría superponer varias capas de información que podrían ayudar a entender, en primer lugar, por qué existe esta segregación (acceso al transporte, educación, servicios, etcétera) y, en segundo lugar, podrían ayudar para realizar cambios efectivos en la planificación urbana, especialmente en el transporte.

NV: ¿Crees que estas herramientas de visualización, como también hemos visto en trabajos de organizaciones como Fundación Vivienda, ayudan a entender más rápidamente problemáticas aparentemente abstractas para la ciudadanía?

TD: ¡Espero que sí! Obviamente, estos estudios a veces implican matemática abstracta y algoritmos un tanto complejos. Sin embargo, las visualizaciones que se obtienen son bastante claras y comprensibles para cualquiera.

NV: A partir de las visualizaciones obtenidas, en 2018 planteaba que "quienes sean santiaguinos, reconocerán fácilmente las comunidades y principales arterias que estructuran el imaginario de Santiago". ¿Qué tan obvia puede ser esta afirmación en comparación a otras ciudades en términos de segregación urbana?

TD: Hay varios patrones que se repiten en las dinámicas de segregación urbana, especialmente en las grandes urbes latinoamericanas. Un ejemplo típico, que describe Francisco Sabatini, es que en todas ellas hay un movimiento histórico de las clases altas desde el centro de la ciudad hacia una expansión en las periferias, formando un patrón de “cono”, cuyo vértice parte en el centro. Este patrón puede distinguirse claramente en una de las comunidades encontradas: la del sector oriente.

Si bien estos patrones comunes podrían encontrarse al usar nuestro método en otras ciudades, claramente el método podría reconocer diferencias. Por ejemplo, podría encontrar un menor o mayor número de “burbujas”, y el nivel de interacción entre ellas —dado por la probabilidad de encuentro de dos personas provenientes de distintas burbujas— podría variar significativamente.

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Sobre este autor/a
Cita: Nicolás Valencia. "Teodoro Dannemann: "Todo santiaguino sabe que Santiago es un conjunto de burbujas"" 08 ene 2020. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/930527/teodoro-dannemann-todo-santiaguino-sabe-que-santiago-es-un-conjunto-de-burbujas> ISSN 0719-8914

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